viernes, 3 de octubre de 2008

HABITOS Y COSTUMBRES

Hábitos Reproductivos
En las áreas donde las águilas Calvas tiene hábitos sedentarios, las parejas que se forman se mantienen intactas a lo largo del año, a menos que uno de los miembros de la pareja muera, ésta se mantiene unida de por vida.
A partir de los cinco años de edad, estas águilas pueden empezar a reproducirse; sin embargo, de acuerdo a la densidad de la población, no todos se reproducen entonces, sino que lo hacen a los seis o siete años de edad. Lo contrario puede ocurrir si las densidades poblacionales son bajas, ya que se registran individuos de cuatro años activos reproductivamente.
Los nidos se encuentran aproximadamente a dos kilómetros de áreas acuáticas abiertas, pero en lugares donde la zona costera ha tenido algún tipo de desarrollo, es probable que los nidos se encuentren más lejos de la costa. Suelen construir los nidos en los árboles más altos del área, muchos de los cuales les proveen de buena visibilidad de todo el paisaje alrededor. Si no hay árboles altos cerca de la costa, las águilas pueden anidar en acantilados en peñascos y picos de montañas o incluso en el suelo, donde el acceso que tendría buena accesibilidad en cuanto al vuelo pero también en cuanto a la llegada de depredadores. Estos nidos pueden ser enormes, con casi dos metros y medio de ancho y hasta dos toneladas de peso.
Generalmente en cada temporada de nidificación los nidos son reutilizados por las mismas parejas, aunque es común que cada pareja tenga hasta dos nidos que pueden ser usados alternamente por temporadas. Si bien a lo largo del año es posible observar a los adultos añadiendo algún material al nido, al llegar la época reproductiva esto ocurre casi diariamente, intensificándose hasta uno o dos meses antes de la puesta de los huevos.
Ambos miembros de la pareja participan de esta actividad, siendo la hembra la encargada de acomodar con cuidado los palos dentro de la plataforma. Dos o tres semanas después de que hayan eclosionado, por lo menos uno de los padres se mantiene en el nido. La hembra permanece un 90% de su tiempo con los polluelos, mientras que el macho sólo lo
hace la mitad del tiempo, puesto que aunque ambos aporten presas al nido, es el macho quien aporta la mayor cantidad.